Tiene un muy buen ambiente, pero la comida deja mucho que desear. De la comida del grupo de comensales, los siguientes comentarios: La carne seca y sin sazón, una sopa inundada en orégano, un pescado pasado de cocimiento y unos camarones insípidos. El emparedado sin queso y sin mantequilla (y era un derretido). El servicio fue bastante rápido y atento, pero deslucido a la hora de pedir la cuenta porque no estaba todo completo. No regresaré, aunque la infraestructura sea A+.

La verdad es que, después de haber esperado siglos para probar, me he sentido decepcionada. Ninguno de los postres dio la talla, a las bebidas (chichas) les faltó amor, y las milanesas (pollo o carne), estaban bastante insípidas y secas. Mi hija le fue bien con su pizza, así es que lo mejor que puedes hacer es pedir pizza, ya que es su fuerte.

Excelentes carnes y acompañamientos. La limonada con fresa a otro nivel. El pan esta exquisito. El servicio super esmerado y amable.

Al estar hospedada en el hotel, tuve oportunidad de comer aquí en cena y desayuno. El mejor desayuno buffet del país! Tienen unos crepes deliciosos, y la panadería de primera. El menú a la carta tiene pocas opciones, lo cual te permite elegir con mayor facilidad. Los amantes de la pasta quedaran esperando un poco mas, porque tienen dos o tres opciones, no tradicionales, y tampoco espectaculares. La hamburguesa esta buena y es gigantesca. Muy buen detalle freír las porciones de papas fritas en su propia canasta, sobre todo para los niños pequeños, que lo ven como una novedad. La pizza para el menú de niños tiene los mejores toppings, pero la masa no tanto. No encontré nada en los postres que me hiciera decir WAO!. Sin embargo, el ambiente es super rico, y acogedor. Vale la pena visitarlo, aunque solo sea para conocer.

Este lugar debe ser visitado, aunque solo sea para tomarse un café y disfrutar de sus deliciosisimas empanaditas. Ademas, el servicio es excelente.

El café es espectacular en todas sus variantes, pero recomiendo muchísimo el iced coffee y el frapuccino. Los dulces están ok, también los emparedados. Hay que mejorar un poco la velocidad en la atención.

Mucha gente viene a comer a este lugarcito en la vía principal de Boquete. El servicio es muuuuyyyy lento y hay pocas sillas, pero la comida vale la pena. No hay mucha variedad en el menú, pero lo que sirven es super bueno: Chilaquiles, tortillas, pozole (creo que fue la primera vez que vi este plato en Panamá).

Esta es una parada casi obligada, tanto para locales como para los turistas que viajan en bus desde otros países centroamericanos. Yo AMO las empanadas de queso, y me fascina el pan de acá en todas sus versiones (sobre todo aquel que trae queso encima...delicioso!) El lugar siempre esta lleno, lo que garantiza la frescura de los productos. Hay que tener paciencia... hay gente que va, literalmente, a hacer supermercado allí, pero vale la pena la espera.