Nos tocó conocer este sitio en época de pandemia y no creo haberme sentido tan segura en otro restaurante que aquí. La energía, empatía y el respeto de Evelia es una mezcla encantadora.
La comida muy muy buena, pedimos un panini Nonna Cecilia y un fettuccini Alfredo con extra hongos (naturales), ambos realmente deliciosos (y eso que mi acompañante -italiano- es imposible de complacer con las pastas).
De postre un cheesecake de limon (yo no soy amante del dulce empalagoso así que estaba perfecto.
No se pueden ir sin probar el licor de maracuya (artesanal, hecho localmente).
Otto
Nos tocó conocer este sitio en época de pandemia y no creo haberme sentido tan segura en otro restaurante que aquí. La energía, empatía y el respeto de Evelia es una mezcla encantadora. La comida muy muy buena, pedimos un panini Nonna Cecilia y un fettuccini Alfredo con extra hongos (naturales), ambos realmente deliciosos (y eso que mi acompañante -italiano- es imposible de complacer con las pastas). De postre un cheesecake de limon (yo no soy amante del dulce empalagoso así que estaba perfecto. No se pueden ir sin probar el licor de maracuya (artesanal, hecho localmente).