El ambiente del restaurante no está definido es un lugar acogedor pero sin un estilo definido, por lo que na sabes si estás en un restaurante de comida panameña, árabe o parrillada. En mi visita ordenamos una entrada de almajobanos con cerdo ahumado, nada muy sobresaliente sobre el cerdo un sabor clásico y el maíz un poco rancio o pasado para nuestro gusto. Lo peor es que sacaron la entrada y el plato fuerte al mismo tiempo. Por lo que mi experiencia de platos fuertes ya estaban fríos. En cuanto a los platos fuertes deguste un pulpo ocho cañones con arroz basmati, el plato tiene un punto de sal bastante bajo, y debido a la espera que terminara la entrada estaba muy chicloso ya que lo sirven en fuente de hierro fundido. Adicionalmente probamos la pasta al pesto con pollo, la cual estaba rebosando en aceite y el pollo frio y seco, muy sobre cocido, el pan nada destacable. En cuanto al servicio va a depender de quién te reciba la primera mesera fue pésima y luego de que regrese el plato y pedí que me lo trajeran luego de acabar la entrada, cambiaron a un chico que fue muy atento y amable. La verdad en general fue una experiencia muy pobre para el tipo de cocina que se espera de un restaurante gourmet.

La comida estuvo excelente, tuve la oportunidad de degustar un pulpo a la criolla con papas salteadas y una orden de arroz de concha, ambos estuvieron muy buenos y las porciones son muy generosos. El ambiente clásico de restaurante de mar con decoración sencilla. La atención y servicio desente aunque un poco lento para el plato principal, pero si tomamos en consideración la cantidad de comida es normal.