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Es mi segunda vez yendo y quise darle otra oportunidad a Mentiritas Blancas, sin embargo me hizo recordar por qué en un inicio no quería regresar. Ordené un london fog, que a mi juicio, sabía más a un té chai y no se acerca su sabor lo que usualmente es. Para desayunar ordené un Como Dios Manda - Pancakes, y honestamente no tenía muy buen sabor. Usualmente cuando pienso en ordenar un pancake, busco un desayuno dulce, sin embargo parecía que el pancake había sido bañado en mantequilla con sal: ni el sirope aplacaba el sabor salado del pancake. Además, tenía un sabor más cercano a un pan de maíz o biscuit. En cuanto al servicio, tuvimos que llamar a las saloneras para que pudiesen tomar nuestra orden e ir a la caja a cancelar. Da la impresión de que están haciendo muchas tareas como tomar pedidos, cobrar en la caja, e incluso, cumpliendo una función como baristas, por lo que es una oportunidad de mejora grande que tienen. El lugar es lindo, pero creo que se queda muy chico para la cantidad de personas que asiste. Casi siempre está en su máxima capacidad y estábamos un poco incómodos porque nuestra mesa estaba apiñada a otra. Tienen platos a precios módicos, pero definitivamente no regresaría.
